Las calderas de gasoil para calefacción consiguen un alto rendimiento, superior a las calderas que utilizan
otros tipos de combustible gaseoso, rendimiento que se incremente en más de un 100% si instalamos
una caldera de gasoil de condensación, lo que supone mayor ahorro de consumo y por tanto de gasto
económico.
Las calderas de gasoil son aquellas que utilizan el gasoil calefacción, también denominado Gasoleo C
como combustible.
Según su método de combustión, las calderas de gasoil pueden ser de baja temperatura o de
condensación.
Todas las calderas de gasoil deben llevar unos elementos de seguridad que garantizan su funcionamiento
y que son los siguientes:
Termómetro: Mide la temperatura de salida de agua caliente para calefacción.
Medidor de presión: Controla el correcto funcionamiento de la caldera frente a posibles roturas, fugas u obturaciones del
circuito. Cada caldera trabaja a una presión determinada. Generalmente, entre 0.8 y 1.2 kg/cm2.
Regulador/limitador de temperatura: Te permite seleccionar la temperatura de la caldera y regularla en función de tus
necesidades. Estos tres elementos normalmente están situados en la consola principal de la caldera para facilitar su manejo
y utilización.
Vaso de expansión: Dispositivo encargado de soportar las variaciones de presión producidas por el aumento de la
temperatura, protege el circuito de roturas o fisuras por sobrepresión. Se suele instalar en la parte posterior de la caldera, de
forma que esté accesible para realizar el mantenimiento.
Válvula de seguridad por sobrepresión: Mecanismo que permite la descarga de agua siempre que la presión sea
superior a la de trabajo de la caldera. Algunas calderas vienen taradas a un máximo de 3 kg/cm2. Si por cualquier causa la
presión del circuito de tu calefacción supera este máximo, u otro establecido por el fabricante, la válvula se encargará de
expulsar la suficiente cantidad de agua y garantizar una presión de trabajo adecuada